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La rosácea es una dermatosis (enfermedad de la piel) inflamatoria crónica, que afecta principalmente las zonas salientes de la cara: frente, nariz, mejillas y mentón. La rosácea ocular es la que afecta a los ojos. Es una enfermedad frecuente, que afecta a personas de pieles claras. Las mujeres la padecen más que los hombres (70% de los afectados son mujeres). Aparece entre los 30 y 50 años.
Similar al rubor o a la quemadura solar. El enrojecimiento se produce cuando una gran cantidad de sangre fluye hacia los vasos sanguíneos de la cara y éstos se dilatan. Con el paso del tiempo, el enrojecimiento se hace persistente.
Como resultado del flujo sanguíneo, la piel con el tiempo se inflama y es posible que aparezcan granitos en la cara. Estas lesiones inflamatorias pueden ser:
En los casos más severos, se desarrollan las “fimas” que son el aumento de la consistencia y el engrosamiento de los tejidos blandos de la cara. La más frecuente es la rinofima (fima de la nariz o nariz agrandada). Puede comprometer a los ojos.
Cuando los pequeños vasos sanguíneos de la cara se dilatan, la piel se enrojece. Con el tiempo esos vasos sanguíneos se hacen visibles a simple vista. Pueden tener el aspecto de manchas coloradas o de líneas onduladas delgadas.
Los mismos suelen ser desencadenados por:
Algunos cambios en el estilo de vida pueden reducir los síntomas de la rosácea.
Episodios de ruborización y eritema facial persistente, con o sin dilatación de los vasos sanguíneos.
Eritema facial persistente con pápulas y /o pústulas. Este subtipo puede ser confundido por acné.
Presencia de fimas. La más frecuente: rinofima.
Cuando están afectados los ojos. Es poco frecuente.
La rosácea es una enfermedad que no tiene cura, pero puede controlarse. Dado que la rosácea se caracteriza por presentar momentos de exacerbación y de calma el objetivo del tratamiento es controlar sus síntomas y hacer que la piel se vea lo mejor posible.
Para el tratamiento de la rosácea deben considerarse las medidas generales no farmacológicas, el tratamiento tópico y el tratamiento vía oral.
Por esto, es necesario la consulta con el Médico Dermatólogo.